Maternidad paternidad y Salud mental. Experiencias

Experiencias maternidad paternidad y salud mental

En este articulo encontrarás experiencias sobre maternidad paternidad y salud mental. Experiencias sobre problemas emocionales con y sin grupo de apoyo mutuo emocional de Emocionales Anónimos y el programa de 12 pasos.

Ser madre y padre es un reto increíble que sacude emocionalmente a cualquier persona. Socialmente, hemos crecido con la creencia de que hay que tener una familia para ser feliz, una pareja e hijos, y crecemos con la exigencia de lograrlo, porque de lo contrario no tendremos una vida plena. Además, la posibilidad de alcanzar la felicidad estando solo es algo que no se nos transmite y por lo tanto muchas personas inician ese camino sin ser conscientes de lo que realmente quieren. Ya siendo padres nos hemos exigido ser los mejores y además hemos exigido tener los mejores hijos.
Concretamente en el caso de una persona emocionalmente inestable, esa gran responsabilidad, intensidad de sentimientos, sucesos y vivencias puede llevarla a un camino de frustración, culpabilidad, tensión e infelicidad, causando a su vez toda esa infelicidad y sufrimiento a su alrededor.
Si este camino se recorre al lado de un grupo de apoyo emocional como E.A. puede llegar a ser una gran oportunidad para conocerse a uno mismo, vivir esta experiencia desde la tranquilidad y disfrutando plenamente la crianza.

¿Qué ha significado para ti ser madre o padre? ¿Quisiste serlo?

Para mí ser madre ha significado una gran responsabilidad, he sentido mucho miedo de no poder ser la mejor madre para mi hijo, de igual forma ha sido una hermosa experiencia. Mi hijo es la luz que le hacía falta a mi vida, cuando me levanto y veo su sonrisa siento mucho amor y alegría de tenerlo.
Yo no quería ser madre, mi hijo llegó de una forma muy difícil para mí ya que yo estaba saliendo con dos personas y al quedar embarazada tenía dudas. Pensé en abortarlo pero en el grupo me alentaron a que no lo hiciera ya que es una vida. Todos los días agradezco no haberlo hecho, fue un embarazo muy complicado y triste pero gracias al grupo pude enfrentarlo de la mejor manera sin dañar a nadie y al final todo salió mejor de lo que esperaba.
Vianey H.

Experiencias Maternidad Paternidad y Salud emocional

¿Qué ideales o creencias tenías antes de ser madre o padre y cómo fue tu experiencia en realidad?

Mi mayor ideal era ser la mamá perfecta, nunca jamás cometería un fallo y mucho menos le crearía un trauma a mi hijo o hija, porque yo no iba a ser como mi madre y padre.
Desde pequeña me creí que las personas que son madres o padres sabían perfectamente lo que tenían que hacer en cada momento, que se llegaba al culmen de la madurez y responsabilidad, que debían ser personas perfectas, sin ningún trauma, y que, si lo tenían, era su obligación trabajarlo antes y quedar impolutos para no dañar a sus hijos.
Ahora veo que eso es imposible, todos somos seres humanos y todos vamos aprendiendo conforme la experiencia. A día de hoy trato de aceptar que no puedo controlarlo todo y sobre todo que la maternidad es un constante aprender, ensayo y error. Nunca seré una mamá perfecta y no trato de serlo porque es muy dañino para mí y mi hija, ya que me vuelvo muy exigente, obsesiva, iracunda y el miedo se me desborda.
Nerea T.

Experiencias maternidad paternidad y Salud emocional

¿Qué diferencias principales puedes comentar sobre tu maternidad/paternidad con terapia y sin terapia?

Uf, no se puede ni comparar. Sin grupo mi hija recibió gritos, reacciones agresivas y algún zarandeo. Era incapaz de entenderla porque me costaba mucho ponerme en su piel, pensar realmente en ella.
Yo estaba mal, mi vida se había hundido con la separación de mi pareja, fue muy traumático para mí porque él hizo mucho daño a toda mi familia. Y yo me sentía muy frustrada porque mis grandes ideales de la vida con él y con mi hija se habían torcido.
Cuando llegué a E.A, siento que el grupo me protegió de mi misma y, a la vez, a mi hija de mí. Han sido 6 años de terapia y ahora siento conexión con mi hija, puedo sentir tranquilidad y estar feliz con ella. Sin grupo estoy convencida que mi casa sería un infierno y no habría conexión con mi hija, sino resentimientos. Antes cuando veía las emociones de mi hija para mí eran muy difíciles de aceptar y de tolerar; ahora puedo contenerme, escucharla, calmarla y ser un apoyo, aunque sigo siendo una mamá aprendiz siempre. Mercè T.

¿Qué emociones detectas ahora que te ganaron durante tu etapa como padre/madre sin grupo?

Todas, o casi todas, unas en mayor grado que otras. Aunque yo siempre tenía la percepción de que mis hijas estaban indefensas y de alguna manera me necesitaban, para mí eso se volvió como una exigencia que no podía cumplir en la mayoría de los casos y prefería huir de alguna manera, para no enfrentarme a algunas situaciones, aunque fueran cotidianas y sin trascendencia. Me ponía muy serio y me acababa enfadando si creía que no tenía la capacidad de solucionar y de hacer felices a mis hijas.

Para mí era un sufrimiento estar con ellas porque siempre tenía la sensación de que tenía que hacer algo. Eso me generaba una exigencia conmigo que me acababa explotando y en muchas ocasiones les gritaba, y hasta incluso insultaba, si no hacían bien las cosas. Luego, cuando ya había pasado la situación, me sentía muy mal por cómo había reaccionado. Jorge R.

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¿Después de ser madre o padre ves a tus propios padres con otros ojos? ¿Nos puedes comentar tu experiencia respecto a ellos?

Sí, los percibo algo diferentes, aunque aún me queda por trabajar más esta parte. Aprendo de sus errores, sin tratar de creer que soy superior a ellos. Empatizo muchísimo más en lo que implica ser madre o padre y en muchas ocasiones trato de no juzgarlos tan duramente. Cada uno a su forma y manera me dan apoyo con mi maternidad y me siento un poco más cercana a ellos. Tener una hija y una nieta nos ha hecho tener más contacto y cercanía. Por mi parte, desde que soy madre me parece más importante la familia y los vínculos, cosa que antes casi no le daba importancia. Nerea T.

¿Cómo afrontas tu responsabilidad o cómo te preparas para ser buena madre o buen padre? ¿En qué te ayuda o te ha ayudado el grupo?

Yo tenía muchas emociones disparadas respecto a mi hija. Le he tenido miedo, he sentido hastío, apatía, ira, despecho, envidia… y esas emociones las genero yo, no mi hija. Por lo tanto mi responsabilidad es curarme para que las emociones bajen, esté más tranquila y pueda darle lo mejor de mí. Ahora prácticamente cada semana apadrino diferentes aspectos que van apareciendo en la relación con mi hija y me voy curando de las emociones que siento con ella a menudo. Es mi antídoto para no volver a generar sentimientos negativos que puedan afectarla a ella y a mí.

Ahora cuando mi hija me manifiesta sus emociones soy capaz de escucharla y estar ahí sin discutir ni hacerla callar; la apoyo y la contengo en sus dificultades y luego hablo con ella para apoyarla en lo que puedo. También he aprendido, y sigo aprendiendo, a dejar que viva las propias consecuencias de sus decisiones. Antes del grupo, me costaba porque quería ahorrarle cualquier contratiempo y eso era una manera de cortarle las alas, pero en ese momento no lo veía. El grupo me ha ayudado y me sigue ayudando en todo este proceso, siempre me he sentido acompañada, siempre. Y el grupo también ha cuidado y cuida a mi hija, siempre. Eso me da mucha tranquilidad porque sé que pase lo que pase el apoyo del grupo está ahí. Mercè T.

Recuerda que si estás experimentando problemas emocionales y mentales sobre tu maternidad, paternidad o crianza, es importante buscar la ayuda y apoyo necesarios donde puedas sentirte en un ambiente de entendimiento mutuo y experiencias.

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