La Búsqueda de empleo cuando tienes problemas emocionales o Miedo al trabajo / Ergofobia y como superarlo.
La búsqueda de empleo cuando tienes problemas emocionales.
EXPERIENCIAS DE MIEDO AL TRABAJO ANTES DE LLEGAR AL GRUPO DE APOYO MUTUO EMOCIONAL
Experiencia Aitana S.
El próximo mes hará 3 años que encontré al grupo. Cuando llegué, a pesar de mi gran arrogancia y esa necesidad de querer aparentar que todo en mi vida andaba bien, en los más profundo de mi alma no entendía nada de mí ni de la vida. Solía estar frustrada, amargada, rechazaba mi vida, me quejaba y lo criticaba constantemente todo, y comparaba mi vida con la de los demás de manera compulsiva, sintiéndome miserable y fracasada. Nada me llenaba, nada era suficiente, no sentía el menor atisbo de amor hacia mí ni hacia nadie. Era un ser humano malviviendo una vida sin saber ser feliz. Completamente paralizada por el miedo a la vida, tenía grandes sueños de pompa y poderío, pero a la hora de la verdad salía huyendo, como un animal despavorido, ante el menor problema o circunstancia adversa en mi vida. Situaciones tan corrientes como perder un trabajo o tener que buscar un empleo, para una persona como yo se convertían en auténticas odiseas que conseguían desestabilizarme emocionalmente.
En 2012 me despidieron del trabajo. Sentí como si mi vida se parara, perdida, con mucho miedo al futuro y no paraba de pensar que iba a ser de mi a partir de ese momento. Todo eran pensamientos negativos, y me sentía triste y deprimida. Creía que no iba a ser capaz de encontrar otro trabajo, y la búsqueda de empleo para mí era algo muy difícil que yo no tenía la capacidad, y por el mero hecho de no trabajar, sentía que mi valor como ser humano era menor que el de cualquier otro.
La idea de tener que volver a realizar mi currículum y de tener que enfrentar entrevistas de trabajo, me daba pánico. Hice el currículum buenamente como pude, no tenía ni idea ni tampoco tenía mucho interés en aprender. Como no me conocía, y mi autoestima estaba por los suelos, no sabía cuáles eran mis capacidades, ni qué me gustaba o qué se me daba bien. Era más bien soso, sin ningún tipo de diseño, sin querer destacar nada bueno en mí, no fuera a ser que quisieran comprobar que realmente estaba capacitada para llevarlo a cabo, y prefería aparentar que sabía menos de lo que realmente sabía.
Buscaba empleo de manera inconstante, unos días sí y otros no, en los portales de empleo más conocidos y en algunas ett’s, pero sin ninguna esperanza real de encontrar trabajo y con mucho miedo a que me llamaran para hacer una entrevista. Me anotaba a las ofertas soñando que quizás algún día encontraría una buen trabajo, donde tuviera una gran responsabilidad y cobrara mucho dinero pero por otro lado, no ponía el más mínimo interés real en conocer la página web de ninguna empresa, y cuando me llamaban para una entrevista tenía que enfrentar mi mayor miedo y me presentaba insegura, incómoda, sintiendo que cualquier otro candidato estaba más preparado que yo, y únicamente tenía ganas de que pasara rápido ese momento, para no sufrir más.
En la búsqueda de empleo era curioso porque en el fondo era como si el mensaje que estuviese transmitiendo al entrevistador era que no creía lo más mínimo en mí, que no me importaba lo más mínimo su empresa, y que mejor eligieran a otro. A los pocos meses de andar buscando empleo, me desesperé, me impacienté por encontrar algo, y me deprimí pensando que nunca me iban a elegir en ningún lugar porque yo no estaba lo suficientemente capacitada. Empecé a criticarme y a sentirme muy desgraciada. Eso me llevó a un estado emocional de gran desolación, y a resignarme a escoger el primer trabajo que se me presentara. Estaba dispuesta a lo que fuera por un trabajo, a faltarme al respeto, e incluso a pasar por encima de mis propios derechos como trabajadora. (Aitana S.)
Experiencia Fermin C.
Llevo más de 30 años trabajando en lo mismo, pero a causa de mis defectos de carácter que me hacen no estar nunca conforme en ningún sitio, he cambiado varias veces y me he visto en la necesidad de buscar empleo.
En mi caso, por eso de que la neurosis es progresiva, al principio no me hacía sufrir en exceso. Eso no quiere decir que no lo pasara mal cuando me tenía que enfrentar a esa situación. En las entrevistas, no podía evitar sentir la presión de verme expuesto y sufría, incluso me daban ataques de ansiedad. Notaba como me faltaba el aire cuando tenía que contestar a las preguntas. Siempre lo intentaba disimular y hacer una entrevista distendida, como si no pasara nada, pero sentirme el centro de atención me ponía muy mal. Mi mayor miedo era quedarme bloqueado, sentía mucha angustia después de las entrevistas. Siempre me decía, tenía que haber dicho esto o lo otro o no tenía que haber comentado cierta cosa y así. Pasaba mucha angustia hasta que me decían si había sido seleccionado.
En los últimos años la falta de trabajo, la cantidad de aspirantes y sobre todo mi poca autoestima y mis miedos, han provocado en mí que me sienta inseguro y débil. Ha sido entonces cuando ha empezado a aflorar, con mucha más intensidad, mucho más miedo, angustia y frustración. Creo que el hecho de haber tenido una situación favorable, anteriormente, para poder acceder a un trabajo, sobre todo que no me tuviera que esforzar mucho, me daba una falsa seguridad.
Desde un tiempo atrás, he sentido más presión. He llegado incluso a falsear el currículum para tener más posibilidades. Con el grupo, veo que hubiera necesitado prepararme más pero no lo quise hacer porque siempre fui a lo fácil. También, el hecho de que cambiara frecuentemente de trabajo se debía a mi inseguridad, envidia y arrogancia. Otras veces me mostraba servil y sumiso por mis miedos y dependencias a otras personas. De un modo u otro me hacían siempre acabar mal, enfrentándome con jefes y compañeros. (Fermín C.)
Experiencia Remedios A.
Antes de llegar al grupo, la búsqueda de empleo fue muy desgastante, no sabía cómo buscar y realizar un currículum, me resultaba difícil describir mis experiencias laborales y conocimientos basándome en los estudios profesionales que había cursado, sentía mucha inseguridad, y pese a ello lo intentaba, pero no lograba llegar a nada y eso hacía que mi interés fuera en decadencia.
Me casé justo antes de terminar la universidad, momento en el que debía iniciar la búsqueda de trabajo, había sido fácil y cómodo depender de mi pareja por lo que mi búsqueda de empleo se volvió una carga, y a causa de ello no podía aplicar los conocimientos adquiridos y sentía que lo que había estudiado no me serviría de nada. Por si esto no fuera suficiente, descargaba mi frustración con mi pareja, teniendo discusiones y haciéndole responsable de mis intentos fallidos de buscar trabajo.
Mi dedicación era mínima, no hacerme responsable era ser una carga para los demás. Estuve así unos meses, pero la situación no podía continuar igual, y me tocó mendigar por un trabajo. No sabía pedir, ni buscar empleo, solo dar lástima a mi círculo reducido de amistades para ver si a través de ellos conseguía un puesto laboral. Con mis fines enfermos lo logré, pude incorporarme a una empresa del sector que me gustaba pero no me duró mucho, me despidieron por incompetencia. Tuve tanta exigencia por tener un trabajo como los demás compañeros de la universidad, que quedarme paralizada por mis emociones fue frustrante, porque me despidieron de una manera muy sutil, pero la realidad era que no estuve comprometida, sentía mucha inseguridad, y por esto lo perdí. Justificando mi despido me indigne, pero en realidad me sentía una fracasada y esto me hizo morder el polvo en silencio.
Me era importante la opinión de los demás, qué fueran a pensar de mí por los estudios que tengo y por no saber buscar trabajo. Me molestaba y creía poder hacerlo sola, pero volvía a caer. Carecía de paciencia y con un placer enfermo buscaba ponerme mal, más que realmente buscar trabajo. Desplacé de mi vida a todo aquel que se me acercaba a dar su opinión, ya fuera familia o amigos y me fui sintiendo más sola en este proceso. (Remedios A.)
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