Siento miedo a relacionarme con las personas
Muchas veces siento miedo al relacionarme con las personas, lo evito porque siento mucha inseguridad y analizo cualquier cosa que me dicen, por si es un ataque hacia mí.
El miedo me ha paralizado
Desde pequeña estar entre mucha gente me ha paralizado hasta el grado de no poder hablar; me bloqueaba. No sabía cómo defenderme.
Cuando se metían conmigo en la escuela, siempre me veía inferior a los otros. De adulta, el miedo se me dispara sin motivo aparente y ha llegado a ser tan grande que a menudo reaccionó violentamente para ahuyentar a los demás y sentirme a salvo. Esta actitud me ha dejado muy sola.
Quisiera atreverme a enfrentar este miedo, pero no sé ni por dónde empezar. Siempre me acabo aislando y siento impotencia y odio hacia mí.
En mi trabajo siento mucha angustia
En mi trabajo siento mucha angustia ante cualquier situación que tenga que resolver, no me permito cometer fallos y me preocupa mucho lo que vayan a pensar los demás y sus reacciones. Me tensiono porque noto sus miradas pendientes de mí y me invade el miedo. Estoy obsesionada por tenerlo todo controlado y que todo salga perfecto. No puedo dejar de sufrir cada minuto por lo que pueda torcerse.
No me gusta que mi novia tenga planes con sus amigos
No me gusta que mi novia tenga planes con sus amigos porque me siento apartado de su vida y me asusta que pueda preferir la compañía de otras personas, quisiera retenerla como sea. Cuando no está conmigo tengo miedo a perderla, que se enamore de otro y me abandoné. Mi vida sin ella me da vértigo, no tiene sentido, ya ni disfruto a solas de su compañía, por mis miedos y obsesiones constantes.
No sé que hacer con mi vida
Son muchas las mañanas en las que me levanto con apatía y angustia, con la sensación de no saber qué hacer con mi vida, de no tener objetivos.
De pequeña soñaba con hacer grandes cosas, pero ahora me veo perdida, frustrada y desorientada.
Me siento inútil, con el convencimiento de que no puedo hacer nada, de que todo va a ir mal, haga lo que haga y me paralizan una inseguridad y un pánico terrible, y así pasé años escondiéndome completamente bloqueada por el miedo.
Grupo de autoayuda
Antes de llegar al grupo, el miedo frenaba por completo mi vida. Me había ganado la partida muchas veces y no me dejaba ver las capacidades reales que tengo.
Con la terapia aprendo a observar y a conocer todos mis miedos del más pequeño al más terrible.
A partir de reconocerlos y aceptarlos, puedo ver que parte de ellos son fantasmas que arrastro desde mi niñez, pensamientos que no son reales, si no que forman parte de mi pasado y de la manera como aprendí a ver la vida, a los demás y a mí misma.
El grupo me ayuda a descubrir mis fortalezas y hacer frente a pesar de mis temores a situaciones que antes me hubieran parecido insuperables.
A medida que voy enfrentándolas y aceptando que no todo lo que pasa depende de mí, gano confianza y fe en que la vida me depara siempre lo mejor para que yo crezca.
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