La humildad nos ha cambiado la vida

La humildad

La humildad nos ha cambiado la vida. Como consecuencia de esta práctica vienen las grandes transformaciones.

No soporto que los demás crean que no soy capaz o me vean débil o dudosa. Para mí pedir ayuda siempre fue admitir mis limitaciones. Disimular siempre mi miedo al fracaso era agotador.

 La humildad me ayudó a sentir que no todo dependía de mí, que no tengo que demostrar nada y que me pueden ayudar igual que yo puedo ayudar a los demás, y que eso me hacía crecer y era gratificante.

 Siempre creo que tengo razón, y me cuesta admitir mis errores. No tolero no salirme con la mía y  acabo discutiendo con la gente.

 Con la humildad puedo aceptar que puedo equivocarme,  fallar, que los demás pueden estar en lo cierto también. Ahora me relaciono de una forma más sana, reconociendo el valor en los demás sin necesidad de defender únicamente mi opinión. He podido recuperar amistades siendo capaz de pedir perdón. 

Ya no dependo tanto de la opinión de los demás

 Siempre he querido ser la más admirada, tener prestigio, ser la mejor en todo en mi vida, y eso me ha llevado a buscar incansablemente el amor y aceptación de los demás al precio que fuera, exigiéndome ser perfecta absolutamente en todo. Menos de ahí para mí era insoportable y sentía que me moría.

 Gracias a poder aplicar la humildad, ya no dependo tanto de la opinión de los demás y puedo aceptarme tal como soy sin la necesidad de estar demostrando que valgo para que me quieran.

 Antes pensaba que había algún problema en mí, y debido a ello no conseguí acercarme a las personas por miedo a que me rechazarán. Me sentía rara y buscaba estar siempre sola y aislada. 

 Ahora veo que a través de la humildad puedo acercarme a las personas sin sentir vergüenza, y expresarme libremente sin miedo a ningún tipo de juicio.

Emocionales Anónimos

 En el grupo de Emocionales Anónimos hemos aprendido: 

  • sencillez en nuestros actos para relacionarnos con los demás. 
  • honestidad para aceptar y rebajar nuestros defectos, así como para reconocer y fortalecer nuestras virtudes.
  • disposición de cumplir con nuestra parte dando lo mejor de nosotros en las tareas fuera y dentro del grupo, y también para saber pedir ayuda y recibirla, así como la capacidad de aceptar lo que no depende de nosotros, sean cuales sean las circunstancias, asumiendo que no podemos controlarlo todo.
  • gratitud diaria para aceptar nuestra realidad y cómo somos. Para valorar que la vida es un regalo, una oportunidad de seguir disfrutando de ella, siendo útil a los demás. 

Aquí puedes ver el video completo

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *