“Los grupos de apoyo mutuo, ayuda mutua o autoayuda son grupos pequeños y voluntarios estructurados para la ayuda mutua y la consecución de un propósito específico.
Estos grupos están integrados habitualmente por iguales que se reúnen para ayudarse mutuamente en la satisfacción de una necesidad común, para superar un handicap común o problemas que trastornan la vida cotidiana, y conseguir cambios sociales y/o personales deseados.
Los iniciadores y miembros de estos grupos perciben que sus necesidades no son o no pueden ser satisfechas por las instituciones sociales existentes.
Los grupos de ayuda mutua enfatizan la interacción social cara a cara y la responsabilidad personal de sus miembros.
Con frecuencia, proporcionan ayuda material así como apoyo emocional; están orientados a la causa del problema y promueven una ideología o conjunto de valores a través de los cuales los miembros del grupo pueden obtener e incrementar un sentimiento de identidad personal”, según la Organización Mundial de la Salud.
"Siempre me sentí muy infeliz, esto me causó una gran frustración, siempre estaba de mal humor y la pagaba con los demás. No podía controlar mis emociones violentas, agredía y maltrataba verbalmente a las personas, sin ningún límite, solo les quería hacer daño, sin pensar nunca en las consecuencias. Sentía satisfacción e incluso una falsa tranquilidad porque estaba en el convencimiento que lo tenía que hacer, no guardarme nada e incluso que se lo merecían. Claro está, que pasadas unas horas o en el mismo día empezaban los remordimientos, pero llegué a no tenerlos, eso me asustó y es cuando supe que tenía que buscar ayuda. Vi en mí una persona fría, sin escrúpulos, una especie de monstruo a la que no le importaba nadie, sentí mucho rechazo por mí misma.
Al llegar al grupo se me dijo que se me quería tal cual era e incluso se me comprendía, sin juzgarme por mis actos. Con la terapia he podido ver que no era consciente ni podía controlar mis emociones, el hablar de ello hace que tome conciencia y aprenda a tratar a las personas con respeto. Me siento feliz, desde que estoy en EA puedo tratar a mi madre con amor, puedo disfrutar de su compañía e incluso entenderla.
El grupo me da la tranquilidad que nunca he tenido en mi vida, me enseña a conocerme, a vivir sin rencor, a entender, aceptar y disfrutar de los demás."
"Cuando no sabia que hacer, tomaba decisiones que me hacían sentir insegura, con miedo, ansiedad y mucha culpa, permitiendo maltrato físico y psicológico. El día que se me dio la posibilidad de asistir a una junta pública de información de Emocionales Anónimos, solo lo hice por dependencia y por seguir a la pareja que tenía en ese entonces, nunca me imaginé que este grupo sería el medio por el cual salvaría mi vida. El trabajo y estudios que realizaba y que pensaba dejar, los pude sostener y pude dejar esa relación tóxica, cuando creía que nadie me podría ayudar. Viviendo conmiserada, alejándome del mundo y llegando en momentos a tener dolores físicos, era más fuerte el dolor que sentía en el alma, por todo lo que no podía hablar, por lo que no me habían dado las personas que tenía a mi alrededor, por lo que no era capaz de dar. Esto lo he ido aprendiendo y he podido conocerme realmente sin querer dar una imagen de algo que yo misma desconocía por ignorancia y sin responsabilidad alguna de mis actos. También a través de los servicios dentro del grupo, he podido conocer mis habilidades y cualidades que me ayudan a ser funcional y llevar a la práctica en mi día a día el programa de recuperación de Emocionales Anónimos. Además he tenido la oportunidad de cambiar, he podido reestructurar mi vida familiar y servir a las personas que me rodean de una forma más sana para poder sentirme mejor y alcanzar la tranquilidad."