Celos

Celotipia

 Desde que conocí a mi pareja, he sentido que tengo que comprobar lo que hace, con quién habla, a quién mira, cómo se relaciona con los demás y cómo se viste. 

 No soporto la idea que ronda en mi cabeza de que  me sea infiel con otra persona y encima quedar en ridículo.

 Siento una gran angustia, amargura, cólera y resentimiento, y no lo soporto. Siento que cualquier día pueda cometer una locura y quizás ya no haya vuelta atrás. 

La infancia

 Desde la infancia he rivalizado con mi hermana por el amor de mis padres. Siempre ha sido la protagonista y nunca he podido soportar que me robe la atención de afecto. Siento una constante competición con ella, siempre comparándome, porque pienso que ella es mejor que yo. Necesito que otros crean que es inferior para que dejen de admirarla. Nuestra relación ha sido una lucha encarnizada por todo, sin descanso, que no me deja vivir y que me genera mucho odio y resentimiento.

Me obsesiona sus ex

 No soporto que mi pareja haya tenido otras relaciones anteriores a la nuestra. No dejo de preguntarles por ellas. Me obsesiona saber que haya podido querer a otras más que a mí e intento ridiculizar a sus ex haciéndole ver que yo valgo mucho más que ellas. Tengo la necesidad de que me diga todo el rato que me quiere y que soy lo más importante para él. Lo pongo a prueba constantemente sin que lo sepa para saber si me ama igual o más. Siento una gran necesidad y le exijo que me lo demuestre y me diga que me quiere incondicionalmente por encima de quien sea. Siento una gran inseguridad y soledad que nunca tiene fin; diga lo que me diga, no es suficiente.

Los compañeros/as de trabajo

 Cada vez que mi compañero de trabajo consigue un logro, la aprobación de mi jefe o la admiración del resto de compañeros, siento un pinchazo muy fuerte en el estómago y una angustia constante. He ideado planes y los he llevado a cabo para desprestigiarlo, ridiculizarlo sin que se note y así quedar muy bien delante de mi jefe en todo. No puedo dormir; apenas como. Siento tal tortura dentro de mi cabeza que no puedo más. Necesito ser el mejor y no soporto sentir que otros me superan y que se les valora más que a mí.

Emocionales Anónimos

 Cuando llegué a Emocionales Anónimos, descubrí que mis celos me estaban envenenando, que estaba perdiendo mi cordura y a las personas que me rodeaban. Era incapaz de mantener relaciones sanas con los demás. Me sentía con el derecho de reclamarles mi atención y exclusividad. Según yo, les era fiel incondicionalmente y me tenían que corresponder de igual forma.

 Con la terapia voy aprendiendo que nada ni nadie es de mi propiedad y que puedo sentirme valiosa por mí misma sin la necesidad de controlar a otros.

 Ahora, gracias al grupo, siento tranquilidad y puedo sostener relaciones basadas en amor adulto y respeto mutuo.

Aquí puedes ver el video completo

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