“Aprender a vivir sin él”
La historia de Mariana y su camino a la esperanza

Cuando Mariana recibió el diagnóstico de su pareja, la vida se le vino abajo. “Jamás pensé que a un hombre tan bueno, honesto y leal lo diagnosticaran con un cáncer de pulmón tan avanzado y agresivo. La sola idea me aterrorizaba. Lloraba inconsolablemente día y noche, todo me parecía como una pesadilla de la que no podía despertar”, recuerda.

Cuando la Sorpresa se Vuelve Rebeldía

La sorpresa pronto se transformó en rebeldía. Mariana cuenta que llegó a reclamar a Dios, a preguntarse por qué la vida estaba siendo tan injusta. “Yo no aceptaba lo que estaba pasando, no era justo para él ni para mí”, confiesa. El dolor se mezclaba con la tristeza, la ansiedad y un miedo constante al futuro.

Superar el Duelo

La Batalla Emocional: Ansiedad, Miedo y la Fe Cuestionada

    El momento más duro llegó cuando los médicos le dijeron que su pareja solo tenía horas de vida. “Me sentí fuera de la realidad, como si todo fuera un mal sueño. Perdí el apetito, bajé muchos kilos de peso. La ansiedad y el miedo al futuro me torturaban: ¿cómo iba a enfrentar la vida sola sin él a mi lado?”, relata. La fe, que tantas veces había sido refugio, se convirtió en terreno de dudas. “Dentro de mí se desató una batalla. Le pedía a Dios que no me dejara sola, que no me castigara, pero me sentía abandonada y con mucho miedo”.

El Impacto Físico del Duelo y la Pérdida

El impacto del duelo por la pérdida de su pareja no fue solo emocional: la salud de Mariana se resintió gravemente. “Mis defensas bajaron y mi tiroides se vio afectada, tuve dolores intensos en todo el cuerpo. Casi no podía trabajar ni hacer mi vida diaria. Yo estaba viva, pero muerta por dentro”, dice con crudeza.

Vivir como un Autómata: La Sobrecarga de Responsabilidades

A la par del duelo, tuvo que asumir nuevas responsabilidades: cuentas, pagos y decisiones que antes no recaían sobre ella. “Hacía las cosas como un autómata, preguntándome cuánto iba a resistir así. Qué difícil era la vida para mí”.

La Decisión que Cambió Todo: Encontrar Apoyo en un Grupo

El sufrimiento la llevó a buscar ayuda. “Llegó un momento en que lo que sentía me había superado, tanto física como emocionalmente. El dolor era tan fuerte que tuve que tomar la decisión de pedir apoyo”. Fue entonces cuando conoció un grupo de ayuda mutua para personas que, como ella, luchaban con emociones que no sabían cómo manejar. “Esa decisión fue la mejor que pude tomar, porque encontré apoyo, tranquilidad y herramientas para darle sentido a mi vida”, asegura.

Hoy: Un Nuevo Comienzo y Aprender a Disfrutar "Solo por Hoy"

Hoy Mariana habla desde un lugar diferente. “Ya no me siento sola, ya no tengo miedo al futuro. Poco a poco, con acompañamiento, la depresión y la ansiedad fueron desapareciendo. Aprendí a respetar, a vivir y dejar vivir. Siento que Dios salvó mi vida y me dio la capacidad de disfrutarla, solo por hoy, sin tanto sufrimiento”.

Su historia es un testimonio de que, aunque el duelo es un camino doloroso y muchas veces lleno de preguntas sin respuesta, también puede abrir la puerta a la resiliencia y a un nuevo comienzo.

Recuerda, los grupos de apoyo emocional ofrecen un entorno seguro y comprensivo donde puedes compartir tus pensamientos y emociones sin temor a ser juzgado. Al escuchar las experiencias de otros miembros que han superado desafíos similares, puedes obtener esperanza y perspectiva

Además, el apoyo emocional y el sentido de pertenencia pueden ayudarte a sentirte menos sola y más motivada para buscar tu recuperación.